Ir al contenido principal

Entradas

  Si el tiempo cupiera en un zapato, habría tantos tiempos como pies pasean por la ciudad. Habría tiempos de charol y otros de piel curtida. Tiempos pequeños, grandes y medianos. Su caminar marcaría ritmos y tal vez dos zancadas serían un instante (en ese caso, ¿la intensidad de la longitud del paso, influiría en el tiempo?). El t ic tac de los escarpines nos conduce al umbral de una puerta dorada. El piso es pequeño, casi claustrofóbico. Está limitado por sus ocupantes como los primeros segundos de un minuto (de qué extremidades es lo de menos). Seguidos pero distantes. La dueña del son femenino no sabía a qué grupo pertenecía y era una decisión que sólo los superiores podían tomar. Qué es lo que distinguía a un grupo de otro... Es un misterio. Entró y se perdió transfigurando el pasillo rosado. Con su simétrica sucesión carmesí. Como entidad irreverente... Acaso indolente divinidad.
Entradas recientes
  ¿A dónde regresar? El eco verde de tus ojos pardos despierta el sonar de las caricias en mi piel mientras la vela se apaga y tú reinventas el fuego lento...
  A ratos disparo palabras de grueso calibre echo el humo a la cara A ratos mis dedos filiformes ensartarían una aguja para sacarme un ojo Hay a ratos buidos con manchas de humedad de rosas machacadas  
    La libertad asiste furiosa a como en su nombre se arramplan convivencias.   La libertad se rompe descifrada cuando en su nombre se enfrentan espumas marcadas.
  Los amoristas no miramos la vida en paz casi no sé nada más El amor desconcierta tambalea, nutre, se supone, quema Pero la sangre empreña hacia dentro dando sentido al afuera Los amoristas dejamos los labios entreabiertos buscando el aliento de los besos la impalpable eternidad que suponemos no existe. Los amoristas sentimos y no tenemos remedio
  Sopladores del cristal nos han devuelto a una cavernosa oscuridad de útero, atrincherados, y con el aire envuelto en zafir temor al enemigo, mero destinatario de metáforas, suelto de manos para la sucia guerra, áspero Vivimos acurrucados y no somos Ucrania. Simples pacifistas sin plomos…   …mirones, ¿al límite hacia el despertar?
  Soy apretando tu adiós contra mis dedos Soy ahora que mi pozo sin fondo se quedó sin brocal Soy como un día fue una noche de verano de canicas lunares un año en el que estabas y fueron semanas que otras semanas pulverizaron Podría cavar la tierra con mis manos y no sería más que otro momento de irrealidad futura Soy ahora como fuiste y no seré Crudeza descarnada